La inducción del trabajo de parto consiste en iniciar artificialmente las contracciones uterinas antes del inicio espontáneo, con el objetivo de lograr un parto vaginal.
🔹 Métodos Farmacológicos:
Utilizan medicamentos para madurar el cuello uterino y/o estimular las contracciones.
1. Prostaglandinas:
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Misoprostol (PGE1): se administra por vía oral, vaginal o sublingual. Favorece la maduración cervical y contracciones.
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Dinoprostona (PGE2): en gel o tampones vaginales. También usada para maduración del cuello uterino.
2. Oxitocina:
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Se administra por vía intravenosa (goteo).
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Estimula directamente las contracciones uterinas.
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Requiere monitorización continua.
3. Antagonistas de progesterona (Mifepristona):
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No tan común como los anteriores, pero puede usarse para inducir el parto en ciertos contextos.
🔹 Métodos No Farmacológicos:
Son técnicas más naturales o mecánicas que pueden favorecer el inicio del parto.
1. Despegamiento de membranas:
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Se realiza durante un tacto vaginal.
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Separa las membranas del útero, liberando prostaglandinas naturales.
2. Ruptura artificial de membranas (Amniotomía):
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Se perfora deliberadamente el saco amniótico.
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Suele hacerse cuando el cuello uterino ya está algo dilatado.
3. Métodos mecánicos:
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Balón intracervical (Foley): se introduce un catéter con un globo que se infla para dilatar el cuello uterino de forma gradual.
4. Estimulación del pezón:
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Puede liberar oxitocina natural y provocar contracciones.
5. Acupuntura, masajes, caminatas, relaciones sexuales:
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Métodos populares que podrían ayudar, aunque con menor evidencia científica.
✅ Consideraciones generales:
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La elección del método depende del estado del cuello uterino (índice de Bishop), edad gestacional, condición fetal, y estado general de la madre.
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Siempre debe realizarse bajo supervisión médica, especialmente los métodos farmacológicos.
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